Intenté olvidarte, todo quedó en un intento;: Trafico de sonrisas,

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domingo, 4 de marzo de 2012

Trafico de sonrisas,

A veces me preguntaba que si la agonía de los días tristes no se acabaría nunca, que si nunca iba a aparecer ese día feliz, que se distinguiese del resto, que mereciese la pena recordar, como sale en las pelis que son esos días únicos que resultan casi heroicos, destacando entre el resto, porque todos los actores muestran sus blancos dientes riendo y simulando estar a rabiar de contentos.
No entendía cómo hacer para conseguir lo más perseguido, los más ansiado, eso que quieren ricos y pobres, que, en cambio, no se puede comprar, pero se puede conseguir: la felicidad.
Nadie nos puede decir de qué manera vamos a ser felices y cómo podemos ser felices, aunque siempre nos puede ayudar de una manera u otra.
Entonces lo entendí: la clave de la felicidad propia está en empezar dando sin recibir nada a cambio, hasta que, cuando te das cuenta, recibes el doble de lo que puedes dar. Y eso es ventajoso, sí, y no sólo desde el punto de vista material, porque, cuando miras a tu alrededor, todo se ha convertido en un verdadero negocio: el tráfico de sonrisas, porque el comienzo de la felicidad propia se basa en una sonrisa, porque, a veces, para poder ser feliz necesitamos hacer felices a los demás.

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